Los Carabinieri, la gendarmería italiana, han anunciado el descubrimiento de los restos de un barco romano lleno de ánforas de vino ante las costas del país, concretamente a Civitavecchia, en el centro de la península. A diferencia de la embarcación, que solo se ha conservado parcialmente, los recipientes han sobrevivido además de 2.000 años en perfecto sido, un hecho que convierte el hallazgo en «excepcional», según la misma policía italiana.
Una nave de la época de la República Romana
Se calcula que el barco es de finales de la época de la República Romana, entre los siglos II y Y antes de Cristo, y ha sido descubierta por un robot submarino ROV que, equipado con una ecosonda y un sónar, exploraba el fondo marino y que ha permitido cartografiar totalmente los restos y también dos troncos de ancla que habían estado parte de la embarcación.
La nave es de las llamadas onerarias, un tipo de carguero que no solo tenía usos comerciales sino también militares y que, desde hace más de 2.000 años, era en un fondo arenoso a 160 metros de profundidad. A su interior había un cargamento formado por centenares de ánforas que eran adentro de un depósito y la mayoría de las cuales se encuentran intactas.
Un nuevo yacimiento para conocer mejor el comercio de hace 2.000 años
Por el que han explicado los Carabinieri, la embarcación debía de hacer más de 20 metros de eslora, si bien la estructura no se ha conservado íntegramente hasta nuestros días, y es un ejemplo de los naufragios que se producían cuando los barcos se acercaban a la costa y chocaban con alguno de los escollos que había a poca profundidad. El hallazgo, pero, también demuestra la existencia de antiguas rutas comerciales que, ya entonces, transportaban mercancías entre diveres regiones o países.
Una vez encontrada este yacimiento, las autoridades italianas vuelan explorar la zona más a fondo y trabajar para conservarla y poder aprender el máximo posible de estos restos de gran importancia.
