Y tras el temporal tiene que llegar la calma. Así lo confían los viticultores que hoy han hecho una pausa en las tareas de la cosecha esperando que la tierra se beba toda el agua caída ayer y se enjugue mínimamente para poder seguir nuevamente con la vendimia. La mayor parte del temporal lo sufrieron en la Serra de Tramontana: Sóller, Escorca, Pollença, Andraitx, Banyalbufar y Calvià han recibido de lo lindo.
Más de cien litros por metro cuadrado en estos lugares, que venían acompañados de rachas de viento que, en algunos lugares, superaron los cien kilómetros por hora. Jaume Albertí, presidente de Tramuntana Viva y elaborador de la malvasia de Banyalbufar Tímbola, explica que a pesar de la mucha cantidad de agua recibida y el fuerte viento, no han sufrido daños: «Empezamos a vendimiar este el pasado lunes y, por lo tanto, no hemos recibido. Ahora esperamos que los márgenes y las paredes aguanten, porque a veces los problemas llegan pasados unos días del temporal».
La viña estaba sedienta
Pero no todo han sido malas noticias, las bodegas respiran aliviadas al ver que el agua no iba acompañada de calabruix. «Esta agua ha estado buena para el campo. No ha hecho calabruix y solo ha sufrido algún árbol. Para sus viñas ha estado bueno», afirma Ramon Servalls, desde Macià Batle. «Hoy descansaremos esperando que se enjugue la tierra». Así mismo lo valoraba Sebastià Ordinas, de 7103 Petit Celler, la tromba de agua de ayer: «Una buena alegría», se exclama reaccionando a la pregunta sobre las consecuencias del temporal.
Tampoco harán trabajo hoy las pandillas de Tianna Negre. Xisca Morey explica: «Hoy no se vendimia, porque no pueden entrar a la viña, y se hace una vuelta por sus fincas a evaluar los daños».
Alerta con los hongos
Ahora se tiene que dar tiempo al sol para que esta agua muy necesitada por la viña que hacía tiempo que pasaba sed, se recupere. Si el tiempo nos da una tregua, la uva se mantendrá sana y la cosecha será buena. «La zona del Pla i Llevant no se ha visto afectada por las lluvias. Ha llovido entre 35 y 45 litros, excepto en las viñas más al norte, en Muro, o han superado los 60 litros», informa Toni Bennàssar, presidente de la DO Pla i Llevant.
«El problema principal es el barro que impedirá que se pueda vendimiar hoy o otro día más, en el norte. Especialmente, en aquellas viñas que estaban muy labradas. Para las viñas, la lluvia ha limpiado las cepas quitando el polvo acumulado. No ha habido calabruix. Las viñas que sufrían sed por la carencia de agua han aprovechado para beber y acumular agua que haría bajar el grado, pero en unos días se recupera y vuelve a los contenidos normales, con recuperación del grado. Ahora lo que conviene es que vuelva el sol y un poco de viento para que enjugue las viñas con el objetivo de evitar la presencia de botritis que podría hace pudrir los racimos».